Las vacunas

Las vacunas

Introducción

Todos los temas relacionados con las vacunas están en modificación y renovación constantes. Las vacunas son productos de alta tecnología. Continuamente se lanzan al mercado nuevas vacunas y se mejoran las ya existentes.

Por ello, cuando en este apartado de vacunas hablemos de calendarios vacunales nos referiremos fundamentalmente a dos aspectos:

- Calendario oficial de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares (CAIB).

- Calendario oficial recomendado por la Asociación Española de Pediatría.

Calendario oficial de la CAIB

  • Vacunas de los 2 meses
  • Vacunas de los 18 meses
  • Vacunas de los 4 meses
  • Vacunas de los 6 años
  • Vacunas de los 6 meses
  • Vacunas de los 11 años
  • Vacunas de los 15 meses
  • Vacunas de los 14 años

Efectos secundarios de las vacunas

Hoy en día, las vacunas son un producto que podríamos calificar de alta tecnología. Respecto a las preparaciones que se usaban en los años 60, en los inicios de la era vacunal moderna, hemos asistido a un perfeccionamiento progresivo de los preparados y de sus procesos de fabricación. Se ha conseguido mayor potencia vacunal (mejor capacidad de proteger contra la enfermedad para la que administramos la vacuna) con menores cantidades de antígeno (y con ello menores efectos secundarios).

Cuando las autoridades sanitarias deciden autorizar una vacuna para su uso universal entre la población, el producto ha superado ensayos clínicos rigurosos a fin de garantizar su eficacia y asegurar que no produce efectos secundarios graves. La Unión Europea, a través de la Agencia Europea del Medicamento (EMEA), lleva un registro centralizado de los efectos secundarios graves que se producen con cualquier fármaco. En caso de alerta, se suspende su comercialización hasta aclarar si ha existido una relación causa-efecto entre el producto y el efecto secundario supuestamente relacionado. Al mismo tiempo, el fabricante mantiene los llamados estudios postcomercialización para comprobar que no aparezcan efectos secundarios graves que necesitaran de muchos millones de dosis administradas para observarse en un caso. Hay que concluir, por tanto, que las vacunas utilizadas en la actualidad son eficaces y seguras.

Los efectos secundarios que pueden aparecer con alguna frecuencia son, en general, cuadros febriles autolimitados y una reacción local en el punto de punción, con enrojecimiento y dolor, que desaparece al cabo de unos días. Los efectos secundarios graves son extremadamente infrecuentes y el riesgo de su aparición es infinitamente inferior al que representaría padecer la enfermedad. El sarampión, por ejemplo, producía una encefalitis grave (inflamación del cerebro) con secuelas severas y muerte en una de cada 1.000 personas que contraían la enfermedad. Entre las vacunadas, este riesgo es de una de cada 1 a 2 millones.

La EMEA también ha llevado a término estudios para averiguar si existe un riesgo aumentado de padecer esclerosis múltiple (se relacionó con la vacuna contra la hepatitis B), autismo, etc.... Todos los estudios realizados han concluido que ninguna vacuna de las que se utilizan hoy en día presenta un riesgo como para suspender su comercialización (como sí ha sucedido con medicamentos contra el colesterol, antiinflamatorios, etc). Las vacunas tampoco tienen ningún conservante o adyuvante (sustancias químicas añadidas para incrementar la producción de defensas) en cantidades suficientes como para representar un problema de salud pública.

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